Teatro en Alemania

Festspielhaus o Teatro Festival en Bayreuth , Alemania (Foto Flickr de wedontliveinthesixties)
Festspielhaus o Teatro Festival en Bayreuth , Alemania (Foto Flickr de wedontliveinthesixties)

El teatro en Alemania se ha caracterizado por ser impetuoso y expresivo, y tiene una gran fama a nivel internacional. Existen numerosas compañías teatrales que hoy en día se encargan de representar desde obras clásicas hasta las representaciones más vanguardistas. Pero para conocer cómo el teatro alemán ha adquirido su gran personalidad y características, debemos acercarnos a su historia.

Durante el siglo 18, el teatro europeo en general estaba a manos de los actores y a interpretación de las obras que ellos mismos realizaban. Las temáticas escritas por los dramaturgos de la época, como Gotthold Ephraim Lessing, se centraban en las clases medias y bajas y en situaciones cotidianas con final feliz. A este tipo de teatro se le llamaba drama sentimental o doméstico. Más tarde apareció el melodrama en Alemania a manos del dramaturgo August Friedrich Ferfinand von Kotzebue, cuyas obras adquirieron gran popularidad en el siglo 19 y fueron traducidas e interpretadas en el resto de Europa.

Normalmente, las obras de teatro eran dirigidas por sus propios autores, pero con el tiempo otras personas asumían este rol, generalmente el actor principal. El naturismo mostró la necesidad de interpretar el texto de las obras, y crear una cohesión entre actores, escenografía, vestuario, etc, es decir, la necesidad de un director. En la historia del teatro en Alemania, el primer director de teatro fue el duque Jorge II de Saxe-Meiningen.

A raíz del naturismo, aparecieron otros movimientos teatrales que consideraban que el naturismo sólo abarcaba la realidad de una manera muy superficial. La necesidad de innovar y profundizar en las emociones y en la realidad, supuso la aparición de nuevas corrientes vanguardistas.

El realismo, la abstracción, el expresionismo, fueron sólo algunos de los movimientos que marcaron el desarrollo del teatro de Alemania. El compositor Richard Wagner impulsó el antirrealismo, e intentó representar el estado del alma, en lugar de los aspectos más superfluos de los personajes.

Wagner además, quería unir las diferentes partes que componían una obra de teatro en el llamado Gesamtkunstwerk (obra de arte total), bajo la supervisión de una sola persona. De este modo, el compositor de ópera consiguió reformar la arquitectura del teatro Alemán y su representación, con su Teatro Festival de Bayreuth. Wagner cambió las plateas y los palcos por asientos en forma de abanico en posición descendente, para mejorar la visión de los espectadores, además de bajar la iluminación durante la obra.

Ya en el siglo XX, apareció el Expresionismo en Alemania, creando un nuevo concepto de interpretación de mundos oníricos sobre el escenario. La distorsión y la expresión llegaron a Alemania a manos de Georg Kaiser y Ernst Toller. Sus obras se centraban en salvar la humanidad. Strindberg y otros expresionistas influenciaron en las obras de O’Neil, sobre todo en “El emperador Jones” (1921), y “Extraño interludio” (1928).

Después de la I Guerra Mundial, apareció el realismo psicológico donde se empleaban recursos escénicos e interpretativos no realistas. En Alemania,  Bertolt Brecht sirvió de ejemplo para muchos dramaturgos alemanes, que exploraban la vida real pero dentro de las emociones y valores de los personajes.  Entre las obras importantes de la época, encontramos “El vicario” (1963) de Rolf Hochhuth, que causó una gran controversia por acusar al papa Pío XII de no haber hecho nada ante al exterminación de los judíos.

El naturismo volvió a Alemania entre la década de los 70 y 90.